miércoles, 1 de julio de 2009

Dime por qué el cielo es verde.

Cuéntame por qué
ella está sola y yo también lo estoy.
Dame una razón por la que el cielo sea verde.
Explícame por qué tú estás con él
y yo estoy sola –sin ella–, sentada en el borde de la fuente.
El viento refresca el sudor de mi nuca
mientras espero.
Espero.
Escucho el agua caer detrás de mí y
siento el calor en la piel.
Las gotas no me alcanzan y
ya no recuerdo qué día es hoy;
sólo sé que tú estás con él y ella, y
yo, no.