¿Cuántas realidades hay por minuto?
¿Cuántas variaciones hay en un minuto de realidad mía?
Llevo un par de semanas cuestionándome cuál será mi realidad. No es malo, sino tan sólo extraño y definitivamente cansado. A veces cuesta mantenerse al margen de los propios pensamientos. Cuando uno alterna espacios tan rápido y habla con gente con intereses distintos, termina por no ver con claridad su propio origen; éste se hace cada vez más difuso, casi irreconocible.
El presente impera.
En ocasiones, sin embargo, el piso no tiene el grado de solidez que nos gustaría, parece incluso estar hecho de concreto inverosímil. Es entonces cuando buscamos regresar a ese punto de partida que ya no recordamos o correr para alcanzar alguno que aún no conocemos.
Sucede que alternar escenarios no es cosa fácil; este hecho, muchas veces cotidiano, que parece innecesario de considerar, nos obliga a cambiar de registro constantemente y la mente descansa poco.
Uno se sobresatura.
A veces temo pisar suelos tan extraños que no me permitan saber cuáles son las realidades que de verdad quiero habitar (si de algo estoy segura es que son más de una). A ratos, quizás por falta de horas, de sueño o de un cierto valor, temo perder mi propio registro; temo más reconocerlo y no saber –querer– cómo rescatarlo.
Lo extraño es que, aunque no lo sepamos, sólo en esos instantes de cambio podemos recuperar nuestro propio aire.
Todas las realidades confluyen…
…es por eso que en días como hoy todo se ve tan claro; porque sólo desde el no pensamiento puedo desvariar en este espacio no real y vivir la –mi– realidad: Nuria.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
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