domingo, 2 de noviembre de 2008

Desgracia - J.M. Coetzee


¿Puede un libro removernos tantas cosas hasta el punto de creer que la angustia viene de nuestra alma, y no de la historia que estamos leyendo? O para ser más precisos, ¿sin darnos cuenta de que es realmente la novela la que nos está doliendo?

Tal vez necesitaba eso... necesitaba un golpe así de duro para terminar de despertar (¿terminamos de despertar algún día?) y empezar a buscar mi tradición en el lugar correcto.

No hay comentarios: