lunes, 17 de noviembre de 2008

Sus manos.

...sus manos.
Pasé de la angustia al acelere.
Mis dedos en el teclado, los ruidos en mi cabeza;
pulsadas esporádicas en mi pecho.
Pasé de la necesidad de conectar a la urgencia de relajarme.
Pido silencio a gritos; que los martillos se detengan.
El intento de no pensar; los sonidos cada vez más lejanos.
Dos pasos atrás y pasé de la desidia al movimiento de mis piernas.
Convertí mis ansias en observación.
Empecé a hacer, empecé a recuperarme…
Otra vez insegura, otra vez yo; cada vez más segura.
Cada vez más yo.
En mi lectura miré su sonrisa; provocó la mía.
Pasé de una pluma en mano al papel de cada día.
…sus manos.
Recordé el deseo de la posibilidad; recordé sus manos.
Regresa la nostalgia, la posibilidad se queda; recuerdo sus manos.

2 comentarios:

zeena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
zeena dijo...

Buscar el silencio, frenar el ritmo de los sentimientos para llegar a observarte, a recuperar tu equilibrio; y finalmente para escribirlo...

me encanta verte experimentando con la poesía. a ver si la búsqueda de la tradición te lleva a la del género...